Mientras las musas me inspiren, cuando las sombras sean más largas y oscuras.

Tormenta


El cielo negro anuncia tormenta. En los balcones, los viejos se asoman como espectros, como prisioneros de sus casas, deseando volar con la tormenta. Las carnes flácidas y blancas, las gafas metálicas, las calvas deslustradas y el cabello blanco no les impiden soñar como lo hacían de niños, como lo hicieron toda su vida. La ciudad se extiende bajo nuestras cabezas mientras la lluvia recorre como un tren de lavado por encima de los edificios más lejanos, y poco a poco el aire revuelto trae las nubes cargadas de agua y truenos y rayos. Y de repente, cuando el ambiente estaba más agitado llega un segundo de silencio, se paraliza el tiempo y cae la lluvia de repente, miles y miles de gotas a la vez golpean el suelo, estallando en el cemento.

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