Nada sola en el vacío,
ausente oscura y triste
infinita fuiste
a la deriva, navío
en el hastío
de la soledad.
Se reclama y engendra
en un círculo infinito,
recorre la senda
que marca el río
con el fluir
vertiginoso
y su frio abrigo.
El sentido del hueco
marca en el eco
de la carencia,
de la falta de su presencia,
la utilidad de su existir,
permite el ritmo de mi latir,
permite vivir.
Me atrapa y me abandona,
me acusa y me perdona,
me hunde en el valle del asedio
o me eleva a la cima del tedio
sin remordimiento,
sin un solo lamento
que dance al viento.
La evidencia que imprime
en la conciencia
deja huella en la acción
pero su paso firme
se diluye desapercibido,
la comprensión ha huido
anónima dirección.
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