Que se me partan los sueños en mil pedazos y te digan que
quién te crees que eres… nadie. Ya, eso tenía que haber supuesto. Bueno, es lo
que hay. Quizá los demás no me valoren, pero yo sí que lo hago. Y aunque se me
escapen un par de lágrimas levanto la cabeza y miro hacia delante, al futuro,
porque eso es lo que voy a tener, futuro. Hay que decir adiós… adiós…
Bien, ¿por dónde empiezo?
Lo voy a conseguir, como sea, porque es lo más importante
para mí. Es un fuego que arde y arde y no se va a consumir hasta que me muera,
eso lo tengo claro. Tarde o temprano lo conseguiré… aunque se me escape el
tiempo entre las manos, aunque llegue al final del camino, aunque solo sea el
final de mi vida, ahí estaré.
Claro que me duele, me duele porque se supone que son personas
importantes en mi vida las que dicen eso. Pues muy bien, si no soy nadie, no
estoy de acuerdo y no voy a cambiar de opinión. No me importa si se comen o no
sus palabras, lo que me importa es llegar a mi objetivo, con ellos o sin ellos.
Y no necesito demostrarles nada, es una cosa entro yo y yo. Y nadie más, nadie
más que yo cabe en esa afirmación, porque es una afirmación del yo, porque yo
no puedo dejar de existir ahora, porque aunque dicen que la muerte es no haber
estado, yo sigo aquí, sigo aquí.
Take a walk on the wild side… eso es lo que suena en este
momento en los altavoces. Si, esto es un paseo y por el lado salvaje… porque
somos salvajes y somos caminantes, y yo no voy a dejar de caminar hasta que me
muera, aunque sea por un mundo salvaje, aunque yo misma sea tan salvaje como el
mundo en el que camino.
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